Con esta serie de obras, expreso desde mi mundo enlhet. La usurpación de nuestro territorio, que contrajo una pérdida grave de posibilidades de protagonismo, fue vivida como una derrota por el pueblo enlhet. Después de esta derrota, la comunidad ha reconstruido su sociedad sobre esos silencios que son producidos por el miedo al vencedor y el temor al menosprecio y la discriminación. La cultura y la historia del pueblo enlhet se han invisibilizado y predomina una forma de verlos según los variados términos que la lógica colonial espera que sea: gente cristiana, salvada, civilizada, ciudadana, asentada y desarrollada.
Mi mensaje con este proyecto es una invitación a que vean lo que es nuestro, porque estamos aquí. Desafío con mis imágenes las nociones con las cuales se argumenta la muerte de la palabra: la necesidad de callar lo que disgusta a los vencedores para vivir en armonía con ellos. Expreso el dolor al que se teme dar palabras, porque estas desafiarían el pacto que se ha firmado hacia dentro y hacia fuera de la sociedad enlhet para aparentar una situación de armonía que no existe.
Ciertamente, no es posible vivir constantemente en condiciones de guerra, porque el deseo de paz es inmenso. Sin embargo, mientras no se asumen los dolores existentes, una vida digna no estará al alcance. Por eso, recurriendo a los recursos del arte, es por eso pinto posibilidades de un futuro diferente para mi sociedad.
Específicamente, con la serie de los árboles muestro árboles destruidos sin motivos. De qué sirve cortar un árbol que me de aire, sombra, dónde están los demás, miro… y solo es humo, el campo ha sido quemado, a la tierra debería cuidar, somos de ella, somos naturaleza, si la tierra sirviera de algo pero nada sería igual sin los árboles.
Me parece importante dar visibilidad al pueblo que pertenezco, porque también estamos nosotros acá, mi pueblo indígena. Es en el contexto de esta correlación compleja entre el ver y el decir, entre la percepción y la expresión, que exploro formas de expresión y de creación de sentidos. Este proyecto ha sido un desafío profesional y personal y también me encantó ver las fotos de la colección, ya que esta fotografía, como la mía, da expresión al mundo.
Lanto’oy’ Unruh (Paraguay, 1988), conocido también como Ronaldo Unruh, es un artista perteneciente a la comunidad enlhet Ya’alve-Saanga, en el Chaco paraguayo. A través de la ilustración digital, la fotografía, la pintura al óleo y la producción audiovisual, comunica sus visiones sobre la importancia de preservar las creencias y costumbres de la comunidad enlhet y de cuidar el medioambiente. Algunas de sus obras se encuentran actualmente en el Museo del Barro, en Asunción y sus ilustraciones han sido publicadas en el libro ‘Sonidos de la selva’ (Alianza, 2019). Lanto’oy’ forma parte del equipo del Instituto Nengvaanemkeskama Nempayvaam Enlhet (“Hacer crecer nuestro idioma enlhet”), un espacio de reflexión que promueve la lengua y la cultura enlhet.