Este proyecto apoyó la construcción y renovación de algunas malocas, las casas comunales tradicionales de los grupos indígenas tukanoanos, específicamente las del río Tiquié, afluente del Vaupés que nace en el territorio colombiano y desemboca en Brasil, donde se ubica la mayor parte de su extensión. (su longitud total es de unos 350 km). La construcción de una casa comunal requirió un gran esfuerzo por parte de la comunidad para recolectar todas las materias primas como madera para los pilares, vigas y vigas; hojas de palmera para el techo, lianas para unir las partes y corteza de árbol para las paredes.
Este proyecto también dio la oportunidad de documentar la labor colectiva de los habitantes de la comunidad, como las técnicas y tecnologías de construcción y las cualidades etnobotánicas de los materiales naturales. También fueron provistos materiales para la construcción (combusitible, herramientas, botas, etc.) y para documentar el proceso. Esto incluía el manejo de las hojas de caraná, que se usan tanto para los techos de la construcción como para los rituales que se conducen para convertir la vivienda en un área residencial y ceremonial, que son escasas en la región y los distintos grupos compiten por ellas.
as malocas sirven como centro ceremonial y como área de encuentro recreacional, representando la fortaleza sociocultural que tiene la comunidad. También son centros de ceremonia para los manejo do mundo (“manejo del mundo”), una serie de rituales chamánicos relativos al manejo del ambiente según el calendario ecológico-económico y el ciclo ceremonial.
En toda la gran región del Alto Río Negro, el proceso de violencia cultural ha afectado a regiones más cercanas a los centros urbanos y los internados misioneros. En las cabeceras de los ríos, especialmente en la frontera entre Brasil y Colombia, persisten las prácticas rituales de protección del territorio como medio para reequilibrar o “curar” las agresiones de la humanidad en su conjunto, reequilibrando así las relaciones entre los seres y los seres humanos. diferentes dimensiones del mundo. Esta forma de patrimonio socioambiental continúa entre la población local en la actualidad.
Miembros de seis comunidades distintas pidieron apoyo para la construcción de sus malocas, que requerían no solo movilizarlas físicamente sino un gran esfuerzo colectivo. La meta era documentar el proceso en cinco comunidades distintas: Moo-Poea (Caruru-Cachoeira), Wamuña-Pito (São Pedro), Cachoeira Comprida (Yoariwa), Kairataro (Fronteira) and Pinõ Kope (São Felipe, Igarapé Castanha), que participan juntas en las ceremonias anuales, cada cual teniendo un turno para ser anfitrión cada año.